Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), a nivel nacional, en los últimos cinco años, la presencia de teléfonos móviles entre menores ha experimentado un notable aumento. El informe destaca que la disponibilidad de dispositivos móviles entre niños de 11 años ha crecido en un asombroso 20%. Asimismo, el porcentaje se sitúa en un 13% para menores de 12 años y en un 4% para aquellos con menos de 10 años.

Por otro lado, vemos que en el caso de menores de 15 años, casi la totalidad, el 94,8%, dispone de un teléfono móvil. Estamos hablando de casi de todos ellos. Este fenómeno plantea un interrogante crucial: ¿es realmente necesario que los menores, incluso los de edades tan tempranas, tengan acceso a teléfonos móviles? El debate está abierto, y las opiniones difieren en cuanto a los riesgos y beneficios asociados con la exposición de los niños a la tecnología.

El fenómeno del creciente uso de móviles entre diferentes grupos de edad refleja la rápida evolución de la tecnología en nuestra sociedad. Si bien estos dispositivos ofrecen innumerables beneficios en términos de comunicación, acceso a información y entretenimiento, es imperativo abordar de manera reflexiva los desafíos que surgen, especialmente cuando se trata de los más jóvenes.